Un dia 26 salía a comprar pan por mi barrio, y al cruzarme con un amigo para ver si planeabamos jugar pelota me dio la noticia. Después de ese día 26 traté toda la vida de usar el 7 mágico.
En la pretemporada de mi equipo de fútbol del colegio, en una reunión, le pedí al DT que si por favor yo podía usar el número 7, pero él lo tenia guardado para otro jugador. Yo era nuevo en el equipo y pensaba que quizás me iba a tocar usar el 16 o el 25. La semana antes del arranque del campeonato estábamos todos y uno a uno los llamo a su oficina. Era mi turno, y me dijo: "La pretemporada fue tuya, y le has puesto toda la garra, disciplina, y alegría necesaria para que el equipo salga adelante" me entregó la camiseta y tenía el 7. Estaba lleno de alegria y a la vez de tanta responsabilidad por las palabras del profe. Me preguntó por qué quería ese número, y le respondí: "porque toda la garra, disciplina, y alegría con la que me vio entrenar en pretemporada me la enseñó un gran 7, Carlos Muñoz".
Yo lo vi jugar, celebrar, gritar, llorar, yo lo vi partir. Pero Carlos Antonio Muñoz no se ha ido. Está más presente que nunca y en cada rincón del estadio Monumental se sienten todavía sus goles. Machala lo vio nacer, y desde Guayaquil comenzó a vivir en la memoria de todos para siempre. Yo sólo era un niño cuando lo veía jugar, pero ya tenía un referente. Yo quería jugar y hacer goles como el 7 de Barcelona. Yo quería gritarle los goles en la cara al arquero de Emelec como lo hizo el "Frentón". Yo quería por lo menos ganar un campeonato con Barcelona como lo hizo Muñoz.
El arranca su leyenda en Barcelona en 1990, y sólo le bastaron 4 temporadas en el ídolo para ganarse el corazón de todos. Yo personalmente me acuerdo del partidazo que le hizo a Brasil en su debut con la selección en el 89, pero cuando jugó en Barcelona ya lo podía ver en vivo, podía ver como acarreaba a sus compañeros y como sudaba la camiseta. No ganó nada en el 90, mas sólo lágrimas por perder la final contra olimpia de aquella manera. En el 91 se tomó revancha y ese año fue la primera vez que lo vi en vivo en un clásico. Hubo más partidos para él y para todo un país que gozaba al verlo. Goles con la cabeza, con la derecha, con la izquierda, llevándose a uno , a dos, al arquero, sombrereando a chilenos, tirándose de palomita para ganar un clásico, pero sobre todo sus últimos 3 que todavía están en la retina de la afición. De centro, de punta o hasta de lateral, el siempre quizo jugar y por anécdotas de sus compañeros sabemos del ser humano que era. Humilde, generoso, feliz, y siempre sonriendo, bromista como él nadie, pero siempre querido por todos en su equipo y en la selección. Si dicen que él era azul es porque en todos lados lo querían. Verdad o mentira, el punto es que él cuando estuvo en Barcelona siempre dio todo por los colores, jugó cada partido con todas sus fuerzas, y jugó cada clásico como toda una batalla. Desechó ofertas millonarias por querer ser parte de la historia y me pregunto yo si hoy habrán jugadores que jueguen por amor al equipo sin mirar quien pone más en la mesa. Una tribuna lleva tu nombre pero el equipo lleva tu alma de luchador.
De piel morena, de sonrisa de oreja a oreja, melena larga y crespa así siempre lucía, pinta de canchero, de saber con quien se mete o no. Pudo jugar en cualquier equipo del mundo, pero el destino le dio Barcelona y a Barcelona le dio una de tantas leyendas y quizás la más querida de todas. Chuchuca, Pajarito Cantos, Jimmy Izquierdo, Alberto Spencer y muchos otros juegan a lado del "Frentón" en la imaginación de muchos. Carlitos nunca se fue, el siempre estará presente en cada gol de Barcelona, en cada jugada y en cada cántico del hincha. Carlos Muñoz siempre está empujando por un Barcelona campeón y el último gol lo va a dar él desde la eternidad. A mi me dieron chance de jugar con el 7 en los equipos que jugué y aprendí a dar todo de mi para el equipo que defendí, así como lo hizo Muñoz. Con tres goles te despediste, pero con cada gol que ha pasado desde el día 26 te llamamos. El pueblo no te deja y quizás con 48 hoy te pediría que entres a la cancha. "Muñoz amigo gracias por la copa"... se cantaba, y hoy yo te digo Muñoz, 7 eterno, gracias por todo!!!!